viernes, 7 de enero de 2011

Hoy he visto...


Buried

Y nunca una caja y un mechero dieron para tanto

Paul Conroy es un transportista norteamericano que trabaja en Irak, que despierta enterrado en un viejo ataúd de madera. Con la ayuda de un teléfono móvil, tratará de conseguir que lo encuentren y salvar la vida.

Buried es una película arriesgada, y es que la idea de hacer una película con una sola localización y un solo actor ya lo es de por sí, pero la de realizarla dentro de una caja, es cuanto menos valiente.

La película trata de explorar el miedo a despertar enterrado, famoso miedo primario, y a su favor podemos decir que consigue hacer medianamente entretenidos sus 90 min. de duración (para ser una peli de un tío metido en una caja, claro), que el trabajo de cámaras y de iluminación es acojonantemente bueno, y que Ryan Reynolds es un crack con el zippo.


Por otro lado, y en su contra, e intentando no cebarnos demasiado, el propio atractivo de la película (un tío metido en una caja), se convierte también en su inevitable limitación, y es que el guión está cargado de situaciones que intentan hacerla emocionante, tratando de que no se vuelva monótona, y aún obviando los debates tipo "cuanto tiempo dura un mechero", o "hasta cuando debería durar el oxigeno", la película cuenta con algunas escenas realmente ridículas, totalmente gratuitas, y sin nada que aportar a la trama, que sacan a relucir el temido fantasma de la vergüenza ajena, y que hacen realmente difícil que la tomemos en serio.


Sin ánimo de "spoilear" demasiado la película, uno tiene la continua sensación de que la mayor parte de los elementos físicos que intervienen están deliberadamente introducidos en la ecuación con el único fin de facilitar y permitir la narración y visualización de la historia, y que probablemente, si se diera una situación similar en la vida real, el protagonista no contaría con semejante "kit" dentro del ataúd. Mención aparte es el casi irrisorio papel del secuestrador ("faiv milion maney"), así como el representante de su empresa, que tras acabar la conversación, corrió a beber lágrimas de niños huérfanos.

En cualquier caso la película es un buen producto de entretenimiento que sabe "sacar petróleo" como ninguna otra, y que tiene el "don" de no dejar a casi nadie indiferente, ya sea para bien o para mal...

Ahí va un trailer.

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